1) Separa
conectores extraoracionales.
Los conectores
extraoracionales son palabras o frases que sirven para relacionar un
enunciado con otro. Se ubican al principio del enunciado. Algunos
son: además, luego, después, en consecuencia, sin embargo, por
otro lado, finalmente, etc.
Ejemplo: “Además,
cuenta con una visión tridimensional para detectar las tareas que le
asignan”.
“Por
otra parte, sus función está limitada a la vida útil del sistema”.
2) Separa
elementos de una enumeración.
Uno de los usos más
claros y conocidos de la coma es el de las enumeraciones: cuando
queremos enumerar una secuencia que posee más de dos elementos (sean
estos adjetivos, sustantivos, verbos o cualquier otra unidad
sintáctica) que están coordinados, la norma establece que el nexo
conector (llamado también nexo coordinante) se ubicará solo al
final de la serie, es decir, entre los dos últimos elementos
coordinados. Por ejemplo, en la oración “Juan compró pan y
leche”, el nexo aparece coordinando solo dos elementos
nominales (pan y leche) por lo que la coma no es necesaria. Sin
embargo, si se agrega un tercer elemento (por ejemplo: “manteca”)
la secuencia quedaría: “Juan compró pan, leche y manteca”.
Esa coma aparece con la función de evitar la reiteración del nexo
coordinante, ya que en ese caso la oración quedaría recargada:
“Juan compró pan y leche y manteca”. Lo mismo pasará si
agregamos un cuarto elemento nominal: “Juan compró pan, leche,
manteca y queso”. De la misma manera, si se siguen agregando
elementos a la enumeración. En todos los casos, el nexo coordinante
se ubicará uniendo los últimos dos elementos de la coordinación.
Sin embargo, en
alguna situaciones los hablantes solemos utilizar el recurso de la
reiteración del nexo coordinante (“Juan compró pan y leche y
manteca y queso”) cuando queremos generar un efecto de
“acumulación” o, incluso, de “exageración”. A este recurso
se lo denomina polisíndeton.
3) Indica la
alteración del orden sintáctico.
Como ya sabemos, la
sintaxis es la parte de la gramática que estudia el orden en el que
se ubican linealmente las palabras, sus combinaciones y las unidades
a las que tales combinación dan lugar. Generalmente, el desarrollo
de una idea se realiza a través de una oración, es decir: una
estructura sintáctica que tiene como núcleo un verbo conjugado. El
orden habitual de esta estructura es: sujeto- verbo- modificadores.
En algunos ca sos, con el objetivo de focalizar en alguno de los
modificadores, la oración es iniciada con uno de ellos ubicándose
el sujeto en otra parte. Ese sería un caso de alteración del orden
sintáctico.
Ejemplo: “Debajo
de esa fina corteza, el manto se extiende y llega hasa los 30.000
kilómetros de profundidad”.
“En
la fusión con los elementos de la conquista española, se ha
conformado lo que se conoce como el folclore nacional”.
4) Encierra
aclaraciones.
En algunos casos el
emisor opta por realizar aclaraciones de algunos elementos del
enunciado dentro del mismo mensaje. A estas aclaraciones se les llama
incisos y siempre van entre comas (aunque también se pueden utilizar
paréntesis o guiones). Los incisos, elementos suplementarios que
aportan precisiones, ampliaciones, rectificaciones o circunstancias a
lo dicho. Los incisos son apartados que pueden omitirse sin que el
mensaje se vea afectado en su sentido. Algunos pueden ubicarse en
diferentes lugares del enunciado, a no ser que estén aclarando una
idea referida a una palabra o frase concreta. En ese caso se ubicará
a continuación de dicho término.
Ejemplo: “La
corteza terrestre, sobre la cual vivimos, es apenas una delgada capa
de no más de 100 kilómetros de profundidad”.
“Otra ventaja de este piloto automático monitoreado a distancia
es que puede repetir las veces que sea necesario, y de manera exacta,
cualquier maniobra extrema”.
“Este cuadro pretende descubrirnos lo que es el mundo del
espectáculo, concretamente el del ballet, antes de su presentación
al público”.
5) Separa el
vocativo del mensaje.
Se aíslan entre
comas los sustantivos, grupos nominales o pronombres personales que
funcionan como vocativos, esto es, que se refieren al interlocutor
(receptor) y se emplean para llamarlo o dirigirse a él de forma
explícita: “Javier, no quiero que salgas tan tarde”; “Has
de saber, muchacho, que tu padre era un gran amigo mío”; “Usted,
acérquese inmediatamente”.
Los vocativos se
escriben siempre entre comas, incluso cuando los enunciados son muy
breves, como en estructuras del tipo “No, señor”, “Sí,
querida”.
6) Indica la
omisión (elipsis) de un verbo.
La elipsis es un
recurso cohesivo en el que se omite un término (puede ser un
sustantivo o un verbo, por lo general) sin dejar ninguna marca
discursiva que haga referencia a este. Es el contexto y la capacidad
de interpretación del receptor lo que completa e identifica la
omisión. Se usa para no reiterar un término que ya se venía usando
o que se da por sobreentendido.
Ejemplo. “Vos
llevá la comida a la fiesta y yo, la bebida”
“Otra fortaleza del robot, su autonomía”.
“El
ritmo es un rasgo musical. La región geográfica de origen, otro”.
7) Indica
yuxtaposición.
La yuxtaposición
designa la reunión de dos o más unidades (no solo oracionales) que
desempeñen en conjunto la misma función que cumpliría cada una de
ellas aisladamente. En la oración “Escribió novelas, cuentos,
ensayos”, cada uno de los tres sustantivos yuxtapuestos podría
aparecer como objeto directo igual que el conjunto. Podría ser
reducido todo el grupo al concepto “textos” u “obras
literarias”. De alguna manera se puede establecer cierto
paralelismo entre los conceptos enumerados. De eso se trata la
yuxtaposición: yuxtaponer es ubicar en la misma dirección, con el
mismo sentido.
Otro ejemplo puede
ser: “María es una persona agradable, da gusto hablar con ella”.
En este caso tenemos dos oraciones separadas por la coma. Estas
oraciones se plantean como equivalentes, como una misma información
ampliada; cualquiera de las dos, en forma independiente puede
representar a la otra. El hecho de que dé gusto hablar con María se
debe a que es una persona agradable.
Ahora bien, si
ubicamos un nexo coordinante entre las dos oraciones (“María es
una persona agradable y da gusto hablar con ella”), veremos que el
significado de ambas se vería modificado. Porque el hecho mencionado
anteriormente (referido a que da gusto hablar con María) ya no es
una razón por la que es agradable.
Bibliografía
Escritura y
ortografía, Pamela Archanco. Ed. Tinta Fresca, Bs. As., 2012
Gramática de
la Lengua Española, Emilio Alarcos Llorach. Ed. Espasa Calpe,
Madrid, 1995
Ortografía de
la lengua española, ASALE. Grupo Editorial Planeta, Bs. As., 2011