Sacarme dieciocho mil
Vienen por mí. Me siguen. Quieren sus dieciocho mil
y yo no los tengo. Se lo dije. Se lo he dicho mil veces. Los noto. Los percibo.
Sudo. Corro. Me escondo. Salto de un agujero a otro. Maldigo por haber
apostado. Maldigo por haber perdido. Maldigo por haber nacido. En la oscuridad
observo las caras. Los rostros de este infernal barrio me miran, me señalan,
dicen que debo dieciocho mil. Sudo y salto. Me oculto. Grito que no tengo nada.
No puedo pagar. ¿No me creen? ¿Qué harán? Me matarán. Me torturarán pero no
podrán sacar dieciocho mil. Sigo corriendo. Abro las puertas. Las cierro. Me
oculto. Creo que me oculto. ¿Me romperán las piernas, la cara? Pero no los
tengo. Ellos dicen que sí. No me creen. Piensan que miento. ¿Miento? Sigo
corriendo. Los ojos que miran, las bocas que murmuran. No puedo confiar. Todos
piensan que escondo dieciocho mil. Es una locura. ¿Cuántos habrá tras de mí?
Jadeo. El cigarrillo tiembla en la mano. Miro, observo, escruto. Cruzo y corro.
Oigo los ladridos. La jauría se acerca. No hay agujeros en este barrio. No lo
suficientemente hondos. Escarbo. Gateo. Reviso mis bolsillos. Nada. No estoy
loco. No tengo los dieciocho mil. Lo grito. ¡No los tengo! ¿Por qué estáis tan
seguros? Soy la presa que tiembla y corre. Como toda la vida. Sin dinero, sin
futuro. Estoy muerto. Siempre estuve muerto. Y estos malditos quieren sacarle
dieciocho mil a un muerto. ¿De dónde? ¿Cómo? No tengo nada. Nunca lo tuve.
Jugué sin nada, aposté nada y gané... nada. Enjugo el sudor. La boca seca. Los
veo. Ya están ahí. Ladran y husmean. Muestran los dientes. Preguntan.
Amenazan.
Me achico. Empequeñezco. Me reduzco al mínimo. No respiro. Quieto. Quieto. Me
encuentran. Me sacan. Grito. ¡No los tengo! No me creen. ¡No los tengo!
Sonríen. No me creen. Dicen que los llevo encima, que soy un mentiroso. Están
locos. No entiendo. Me señalan. Las córneas, el corazón, los riñones, el
hígado. Dieciocho mil en el mercado ilegal de órganos. Tenían razón. Les
mentía.
José
Manuel Moreno Pérez
CONSIGNA
DE TRABAJO
1. ¿Qué particularidades formales puedes
identificar en la construcción sintáctica de este texto? ¿Se relacionan de
alguna manera con el contenido, con la semántica textual?
2.
Busca y extrae del texto todos
los enunciados no oracionales. Escoge uno y explica el sentido del uso de esa
construcción en el cuerpo del texto.
3.
Identifica alguna cadena léxica
en la referencia a los perseguidores del protagonista. Explica.
4.
Lee con atención el siguiente
enunciado:
“Los rostros de este
infernal barrio me miran, me señalan, dicen que debo dieciocho mil”.
Clasifícalo y reconoce
cómo se relacionan las oraciones en él. Fundamenta desde lo semántico.
5.
Analiza sintácticamente las
oraciones:
a)
Se lo dije.
b)
Quieren sus dieciocho mil y yo
no los tengo
6.
Clasifica los siguientes
enunciados y establece cómo se relacionan sus oraciones.
a.
Me torturarán pero no podrán
sacar dieciocho mil.
b.
Miro, observo, escruto.
c.
Grito que no tengo nada.
7.
Compara el uso de la primera
coma en cada enunciado. ¿Cumplen con la misma función? Desarrolla.
a.
Los rostros de este infernal
barrio me miran, me señalan, dicen que debo dieciocho mil.
b.
Jugué sin nada, aposté nada y
gané... nada.
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