Uruguayas

lunes, 22 de agosto de 2011

Poema


COMUNIÓN PLENARIA

Los nervios se me adhieren
al barro, a las paredes,
abrazan los ramajes,
penetran en la tierra,
se esparcen por el aire,
hasta alcanzar el cielo.

El mármol, los caballos
tienen mis propias venas.
Cualquier dolor lastima
mi carne, mi esqueleto.
¡Las veces que me he muerto
al ver matar un toro!...

Si diviso una nube
debo emprender el vuelo.
Si una mujer se acuesta
yo me acuesto con ella.
Cuántas veces me he dicho:
¿Seré yo esa piedra?

Nunca sigo un cadáver
sin quedarme a su lado.
Cuando ponen un huevo,
yo también cacareo.
Basta que alguien me piense
para ser un recuerdo.

Oliverio Girondo
De “Persuasión de los días”

viernes, 19 de agosto de 2011

Material 18

El Objeto Preposicional


         Este Término Adyacente tiene la particularidad de estar encabezado SIEMPRE por una preposición. Sería sencillo reconocerlo si fuera el único que cumple con esta condición. Sin embargo sabemos que el Objeto Indirecto y la mayoría de los Complementos Circunstanciales comienzan con una preposición. ¿Cómo distinguirlos entonces? 
         Emilio Alarcos Llorach proponía como una de las formas de reconocerlo el hecho de que son respuestas de preguntas que aparecen iniciadas por la preposición que encabeza la estructura. Veamos unos ejemplos.


                                "Los padres preguntaron por las calificaciones de sus hijos".
                                "El profesor confía en las buenas aptitudes de sus alumnos".
    
            Cada enunciado es oracional y cada oración posee dos Términos Adyacentes. 
            Sin duda que el primero en ambos casos es un Sujeto Léxico: concuerda en número y persona con el núcleo verbal y de cambiar el número gramatical en uno solo, la oración quedaría agramatical: "El padre preguntaron", "Los profesores confía".
             Enfoquémonos en el segundo Adyacente de cada oración. Primero que nada, fijémonos que ambos están encabezados por una preposición: por y en, respectivamente. De manera que son Sintagmas Preposicionales. 


       ¿Qué pregunta tendríamos que formular para que la respuesta sea ese Sintagma?


             Para el primer caso la pregunta sería "¿Por qué preguntaron?". En cuanto a la segunda, "¿En qué confía?". En conclusión, ambos Términos Adyacentes son Objetos Preposicionales ya que la pregunta que nos orienta a ellos en la oración, está encabezada por la misma preposición con que comienza el Sintagma.


El Objeto Preposicional y los Complementos Circunstanciales


            Observa estos nuevos ejemplos:


         "Los padres preguntaron por teléfono por las calificaciones de sus hijos".
         "El profesor confía en todo momento en las buenas aptitudes de sus alumnos".


         Estos nuevos ejemplos tiene como diferencia de los anteriores un Término Adyacentes más, en cuyo inicio aparece una preposición igual a las de los Objetos Preposicionales que reconocimos anteriormente. Pero pensemos en la pregunta que nos devuelva este nuevo término. 
         Para el primer ejemplo si utilizamos la interrogación "¿Por qué preguntaron", la única respuesta será "por las calificaciones de sus hijos". ¿Qué pregunta deberíamos hacer entonces para que nos lleve al Sintagma "por teléfono". Pues, la pregunta sería "¿Cómo preguntaron?". No debo incluir la preposición al inicio de la pregunta.
        En el segundo ejemplo sucede algo similar. La interrogante "¿En qué confía?", me orienta únicamente a "en las buenas aptitudes de sus alumnos". Sin embargo, si busco una pregunta que me dirija a "en todo momento", deberé preguntar "¿Cuándo confía?", sin incluir en la pregunta, la preposición.
        Los interrogativos Cómo y Cuándo son propios de los Complementos Circunstanciales debido a que estos contextualizan lo denotado por el verbo, en este caso con información de Modo y Tiempo.


        En definitiva, en estos casos sabremos si estamos frente a un Objeto Preposicional cuando la preposición que encabeza el término debe  aparecer también al comienzo de la pregunta que me orienta a él.


Importantísimo: verbos que requieren desde su significado un Objeto Preposicional


          Como hemos visto anteriormente los verbos a partir de su carga léxica pueden requerir de Términos Adyacentes que concreten o especifiquen su sentido. Este es el caso del Atributo, requerido por los verbos copulativos; y del Objeto directo, para los verbos transitivos.
          Así también pasa con el Objeto Preposicional cuando este funciona junto a verbos cuya significación requiere de un término que especifique un lugar o un tema concreto. Veamos los siguientes ejemplos:


                    "Los aborígenes habitaban en esas cuevas".
        
         En un primer análisis podemos definir que el Adyacente "en esas cuevas" sea un Complemento Circunstancial de Lugar. Sin embargo debemos recordar que los Complementos Circunstanciales son marginales, es decir, se pueden quitar sin afectar el sentido del enunciado. ¿Qué sucede si quitamos este término" Nos quedaría la oración "Los aborígenes habitaban". Una idea trunca, una estructura que no es un enunciado porque no nos comunica nada, su sentido no es cabal ni concreto.
         El verbo "habitaban" requiere desde su carga léxica un Término Adyacente Verbal que especifique y complete su significado, más allá de que la pregunta "¿dónde habitaban?" me orienta a la misma estructura. Incluso la pregunta correcta sería concretamente "¿en dónde habitaban?".
         Lo que aquí importa es que el término es exigido por el verbo, de manera que no es marginal, no es un Circunstancial, es un Objeto Preposicional.


         En conclusión debemos prestar mucha atención a la hora de definir si un T.A.V. es un Complemento Circunstancial, ya que la preposición en la pregunta o la carga léxica del verbo nos puede indicar si se trata realmente de un Objeto Preposicional.




miércoles, 3 de agosto de 2011

ORTOGRAFÍA

REGLAS BÁSICAS

1)    Uso de la “zeta” (Z).
a.    Las palabras terminadas en “–anza”. Ejemplos: bonanza, tardanza, lanza, privanza, crianza, adivinanza, mescolanza, danza, esperanza, desesperanza. Excepciones: mansa (adjetivo que varía con “manso”), cansa (derivado de “cansar”).
b.    Las palabras terminadas en “–azo” (que indica aumento o golpe). Ejemplos: cogotazo, bolazo, esquinazo, trompazo, pinchazo, zarpazo, leñazo, etc.
c.    Los sustantivos abstractos terminados en -ez y en –eza. Ejemplos: nitidez, ridiculez, embriaguez, extrañeza, tirantez, fetidez, gentileza, naturaleza, belleza, vetustez, validez.
2)    Uso de la “ce” (C).
a.    Los sustantivos plurales, que en sigular terminan en “zeta”. Ejemplos: peces (pez), lápices (lápiz), tapices (tapiz), perdices (perdiz), aprendices (aprendiz), etc.
b.    Las palabras terminadas en “–ción” que provienen de los sustantivos abstractos derivados de infinitivos terminados en “–ar”.  Ejemplos: fortificación (fortificar), condensación (condensar), contaminación (contaminar), renovación (renovar), improvisación (improvisar), realización (realizar), exclamación (exclamar).
c.    Los verbos terminados en “–zar” cambian la “z” por “c” antes de la letra “e”. Ejemplos: realce (realzar), roce (rozar), lance (lanzar), alcance (alcanzar), goce (gozar), enlace (enlazar), empiece (empezar), cruce (cruzar), avance (avanzar).
d.    Los verbos terminados en “–ducir”. Ejemplos: introducir, deducir, producir, conducir, inducir, reducir, traducir, reproducir.
3)    Uso de la “ese” (S).
a.    Los infinitivos que tienen el pronombre “se” al final. Ejemplo: perderse, dormirse, cambiarse, sentarse, sentirse, entretenerse, perinarse, aburrirse, contenerse, afeitarse.
b.    Las palabras que terminan en “–ísimo/a”, que corresponden a los adjetivos superlativos. Ejemplos: numerosísimo, altísimo, grandísimo, avanzadísimo, muchísimo, famosísimo, amplísimo, gravísimo.
c.    Las palabras terminadas en “–sivo”. Ejemplos: exclusivo, expresivo, intensivo, subversivo, televisivo, antidepresivo, obsesivo, adhesivo, pasivo, suspensivo.
d.    Las palabras terminadas en “–esco”. Ejemplos: novelesco, fresco, grotesco, pintoresco, parentesco, gigantesco, burlesco, arabesco. Excepción: nocivo.
4)    Uso de la “be” (B).
a.    Combinación BL/ BR. No existe en nuestro idioma palabras propias que contengan esta combinación. De manera que siempre que haya una “ele” o una “ere”, antes va una “be”. Ejemplos: hablar, sable, cable, población, bloque, blusa, cable, blanco, ombligo, pueblo, doblar, muebles, biblioteca, etc. Hombre, sobre, cabra, cebra, libro, fábrica, bruma, hambre, hembra, hombro, nombre,alfombra, sombrero, membrillo, brazalete, abrazo, liebre, bruja, brocha, etc.
b.    Combinación MB. Cuando el sonido se usa después de una “eme” (M). Ejemplos: embaldosar, desembuchar, bambú, ambicionar, gamba, medioambiental, intercambiar, desembarcar, noctámbulo, chirimbolo.
c.    Las palabras terminadas en “–bilidad”. Ejemplos: visibilidad, habitabilidad, estabilidad, credibilidad, contabilidad, inculpabilidad, amabilidad, responsabilidad.
d.    La terminación del pretérito imperfecto de los verbos terminados en “–ar”. Ejemplos: abandonaba, cambiaba, bajábamos, cambiabas, abandonaban, bajaban, debutaban, cambiábamos, bailabas, debutabas.
e.    Los prefijos “ab-”, “ob-”, “sub-”. Ejemplos: subyace, abjurar, absolutismo, abultar, absoluto, substrato, abogado, abducción, observancia, abollón.
f.     Todas las formas de los verbos cuyos infinitivos terminan en “bir” o “buir”. Ejemplos: percibir, contribuir, imbuir, inhibir, escribir, apercibir, exhibir, proscribir, atribuir, distribuir. Excepciones: hervir, servir, vivir.
g.    Las palabras que comienzan con las sílabas “bu-”, “bus-”, “bur-”. Ejemplos: buñuelo, buscón, buscona, bufanda, bufete, buzo, burrada, bueno, alico, bucólico.
h.    Las conjugaciones de los vebos deber, caber, beber, saber y haber. Ejemplos: debemos, bebemos, deben, debo, hubo, caben, saber, cabemos, bebo, debes.
5)    Uso de la “uve” (V).
a.    Los verbos terminados en “–olver” y todas sus conjugaciones. Ejemplos: resolver (resolvimos, resuelven), absolver, revolver (revolverán, revolví), desenvolver, devolver, volver (volviste, volveremos), disolver, envolver.
b.    Combinación NV. Cuando el sonido se usa después de una “ene” (N). Ejemplos: investigar, inventar, invierno, envolver, envejecer, envenenar, envidia, convidar, convencer, etc.
c.    Las palabras que comienzan o terminan con: “ava”, “eva”, “eve”, “evi”, “evo”, “ivo/a”. Ejemplos: prerrogativa, evidente, avasallar, aditivo, infinitivo, ofensiva, corrosivo, iniciativa, ejecutivo, misiva.
d.    El pretérito indefinido del indicativo, el pretérito imperfecto y el futuro de subjuntivo de los verbos: estar, andar, tener y sus compuestos. Ejemplos: tuvo, anduvieron, enduvo, anduve, tuviesen, estuviste, estuviesen, tuviésemos, anduviste, estuvieron.
e.    Las palabras que empiezan con “div-”. Ejemplo: divergir, dividir, divisa, diversidad, divergencia, diversión, divieso, divulgar, diva, divisar. Excepción: dibujar.