Cuando estudiamos leemos textos
expositivos. Todas las áreas del conocimiento transmiten sus contenidos a
través de este tipo de texto que nos informa sobre diversos temas. Quien produce
un texto expositivo tiene la intención de que el destinatario reciba
información.
¿Para qué leemos artículos
periodísticos informativos? Para enterarnos de hechos que están, de alguna
manera, relacionados con la actualidad.
¿Para que leemos los textos de estudio?
Para aprender, para recibir la información que permite profundizar en un tema,
para encontrar la explicación de un fenómeno o un hecho.
Cuando aprendemos a estudiar
adquirimos distintas formas de leer y de comprender textos expositivos. De esta
manera integramos a nuestro conocimiento del mundo, la información que ellos no
aportan. Si no la incorporamos, no aprendemos; simplemente repetimos de manera
mecánica lo que otro dijo.
Los textos expositivos se llaman
así porque exponen información, es decir que la intención del emisor es
informar. Los podemos encontrar en los manuales de estudio, libros de
divulgación científica, enciclopedias o medios de prensa. Estos textos pueden
tener distintas estructuras, es decir que la información se puede organizar de
distintas maneras.
Sin embargo, podemos encontrar
en común algunas características que permitirán identificarlos y clasificarlos
en tres subtipos:
- · Texto expositivo – explicativo
- · Texto expositivo – descriptivo
- · Texto expositivo – de clasificación
Características del texto expositivo:
- · Intencionalidad general: informar. Intencionalidad específica: describir/ definir, explicar, clasificar.
- · Contexto de funcionamiento: manuales de estudio, libros de divulgación científica, enciclopedias o medios de prensa.
- · Uso predominante de la 3era persona gramatical para buscar objetividad.
- · Uso predominante del tiempo verbal presente gnómico para buscar permanencia.